Buscando comida marina

Santo Pez, varias veces fuimos y siempre es exquisito, es comida de chef, muy bien presentada, hay una fuente para picar fría con cebichitos, tiraditos, espectacular. Me gustó también el chaufa, pero no me gustó el pulpito con richoclo, como muy empalagoso. Los cocktails son grandes y deliciosos. La atención es muy buena, y hay sitio para estacionar afuera, un chico cuida los carros, está cerca del Trigal, en la av. Benavides 4503, Distrito de Surco. Los platos cuestan más o menos 30 soles y un poco más, pero son grandes, si uno pide el piqueo luego el plato de fondo ya ni se puede terminar.

Puesto 33, muy rico, también si se pide piqueo ya no se llega ni a la mitad del plato y uno ya se llenó. El tiradito parrillero ultra deli, viene con una especie de chimichurri y pulpito a la parrilla. Pedimos de fondo unos fideos con una salsa de langostinos muy rico, traía muuuchos langostinos y grandotes, un pescado atún con una salsita medio dulce color guinda, que era con vino, y el plato del día que era un cau cau de mariscos muy contundente. La presentación de los platos muy bien. Acompañamos con emoliente tibio ya que está haciendo frío en Lima, y fue el mejor emoliente que ha probado en mi vida, delicioso. Cada plato también cuesta alrededor de los 30 soles. El que atendía me parece que era el sommelier, muy amable, nos explicó el contenido de los platos. Lo malo fue encontrar la dirección, que aparentemente era fácil, av. Primavera 1821 Surco, no encontrábamos esa cuadra! quedaba junto a Don Mamino, a algunas cuadras del cruce de Primavera con Encalada, yendo de oeste a este. Otro problema fue que al llegar no estaba el valet y no tiene estacionamiento, por suerte después de algunos minutos de discutir con un tipo que decía que no se podía estacionar al frente salvo que se vaya a don mamino (?) apareció en valet de puesto33 a preguntarnos si íbamos ahí y se solucionó (se llevó a parquearlo quien sabe a dónde), ahora ya sabemos que como sea hay que esperar al valet que sí hay. El restaurante es pequeñito pero está bien. Los postres son muy especiales, van con una especie de soplete a cada mesa, pero es a la inversa, me parece que el aparato congela en vez de dorar.